
Ensayo sobre Degeneraciones Sexuales
- Edwin Erazo
- 19 jul 2020
- 18 Min. de lectura
Actualizado: 20 feb 2023
Ensayo sobre las Degeneraciones Sexuales, con pinceladas bíblicas, históricas y sociales.

Br. Edwin Leonardo Erazo Lima
Estudiante de Teología Bíblica Estudiante de Licenciatura en Psicología
Abstract: Si bien es cierto la concepción de sexualidad en muchas veces se ve sesgada por la sociedad y los estereotipos, que tienen una connotación histórica, se trata entonces de establecer un punto ecuánime de pensamiento y convenir con un marco histórico donde se establezcan argumentos fiables que descansen el conocimiento de las diferentes desviaciones sexuales, si antes obviar la normalidad de la misma ya que sería un error tratar de entender lo anormal, si no se conoce a profundidad lo normal; es así como se estratifica, llámese todo aquello de generación sexual, se establece un apartado de igual forma donde se explican las aberraciones más extrañas y desde el punto de vista coloquial más ‘’asquerosas’’.
Cabe destacar la concepción y perspectiva de la sociedad aunado a su cultura que tiene patrones unifocales para analizar este tipo de conductas, no obstante, ello puede diferir dependiendo la cultura en la cual se analice el fenómeno, en el caso en cuestión es la cultura salvadoreña.
Palabras Clave: Degeneración, Aberración, Sexualidad, Cultura, Filias.
Objetivos:
General:
Dilucidar ampliamente el tema de degeneraciones sexuales a la luz de la biblia.
Específicos
Escudriñar a profundidad todas aquellas degeneraciones sexuales existentes.
Hacer un recuento histórico de las degeneraciones sexuales, aunado a la perspectiva de la cultura con respecto a ellas.
Antecedentes Históricos.
En el marco de las relaciones interpersonales se engloba uno de los temas más confabulantes, controversiales y por ende polémico, donde se destaca con gran relevancia la preponderancia que se hace en las relaciones sexuales y lo que estas conllevan.
Las "relaciones sexuales prohibidas" son mencionadas en las Epístolas de San Pablo en cuatro oportunidades: Corintios 6:9 y 6:19, Timoteo 1:10 y Hebreos 13:4. Ya en el Antiguo Testamento, en el Levítico, Capítulo 18:22, se hace mención a la homosexualidad, a la zoofilia en el 18:23 y al incesto en el 18:6. En el Deuteronomio se hace referencia al travestismo masculino y femenino en 22:5. Y volviendo a las Epístolas, Pablo vuelve sobre la homosexualidad en Romanos 1:24, Corintios 6:10 y Timoteo 1:10, sobre los "afeminados" en Corintios 6:9. Jehová habla de actos sexuales "infames, "abominables", "maldades", "actos pecaminosos", "costumbres horribles".
De todos los temas sexuales, el de las parafilias tal vez constituya uno de los que más curiosidad e interés haya despertado en todas las épocas de la humanidad.
Las degeneraciones sexuales no son un tema neto de actualidad, sino más bien un tema que ha venido a lo largo de la historia, prueba de ello son los casos que a continuación se presenta en diferentes culturas de relevancia histórica como lo son los Egipcios, los Griegos y los Romanos.
En Egipto, los faraones permitían el matrimonio entre hermanos y, en algunos casos, también entre padre e hija, con el fin de preservar la pureza del linaje. El incesto estaba permitido entre monarcas y la circuncisión, práctica adoptada posteriormente por los judíos, tenía un carácter ritual en la ceremonia de iniciación a la adolescencia. Los egipcios tenían una visión del sexo más pragmática que desenfrenada. Tal vez por ello a los violadores, esto es, los que actuaban como animales sin poder contener sus pasiones desenfrenadas, les estaba reservada una pena tan drástica como la castración.
Se cree que había ceremonias religiosas relacionadas con los ritos de la fertilidad que conllevaban la práctica de sexo en grupo, actualmente conocido como orgías.
Un asombrado Herodoto, historiador griego del siglo V, describió con todo detalle una de las orgías celebradas en nombre de la diosa felina Sejmet Bastet en la ciudad de Bubastis: «Las barcas, llenas de hombres y mujeres, flotaron cauce abajo por el Nilo: Los hombres tocaban flautas de loto, las mujeres címbalos y los panderos, y quien no tenía ningún instrumento acompañaba la música con palmas y danzas. Bebían mucho y tenían relaciones sexo-coitales. Esto era sí mientras estaban en el río; cuando llegaban a una ciudad los peregrinos desembarcaban y las mujeres cantaban, imitando a las de esa ciudad».
Se cree que existieron las conocidas como felatrices, quienes eran prostitutas especializadas en las felaciones y se distinguían por el color rojo intenso de sus labios. Una práctica aceptada en contraste con el conservadurismo de los romanos, que consideraban el sexo oral como algo impuro.
Los faraones encabezaban cada año una ceremonia de homenaje al dios Atum («El que existe por sí mismo») que consistía en dirigirse a la orilla del Nilo a masturbarse, cuidando que el semen cayera dentro del río y no en la orilla. Posteriormente, el resto de los asistentes a la celebración hacía lo propio. Su intención era emular a Atum, quien, según su tradición, se formó de la nada, tras lo cual se masturbó y de su semen nacieron los dioses que le ayudarían a crear y gobernar el universo.
Por el Papiro de Ebers, además, hay constancia de que la necrofilia no estaba gravemente censurada, como lo ha estado en todas las civilizaciones a lo largo de los siglos. Durante el reinado de Amenhotep I se descubrió que los embalsamadores cometían estas prácticas, sin que ninguno de ellos fuera castigado por llevar a cabo dicha parafilia. Lo cual no significa que fuera aceptado socialmente: los familiares de las mujeres fallecidas comenzaron a contratar guardias que vigilaran los cuerpos.
Por su parte los griegos practicaban la pederastia como una forma de introducción de los jóvenes (ya en la pubertad) a la sociedad adulta. Un mentor asumía la formación militar, académica y sexual de un joven que no era considerado ni legal, ni socialmente un hombre hasta que alcanzaba la edad de casamiento.
En Atenas, la ciudad que condenó a muerte a Sócrates «por corromper a la juventud», la pederastia era principalmente una costumbre aristocrática.
En contraposición, Esparta veía en la pederastia una forma de adiestramiento militar e incluso se ha planteado que la relación entre alumno y maestro era del tipo casto, aunque también con un componente erótico. Pero si hay un ejército que llevó a su máxima expresión esta práctica fue el Tebano. El Batallón Sagrado de Tebas fue una unidad de élite griega formada por 150 parejas de amantes masculinos.
Aunque la pederastia estaba aceptada como una práctica habitual entre los aristócratas siendo objeto, no en vano, de burlas por parte de los plebeyos, la homosexualidad entre hombres adultos despertaba en muchas ocasiones comportamientos homófobos.
Con respecto a los romanos la homosexualidad en la Antigua Roma, sin ser un crimen penal –aunque lo era en el ejército desde el siglo II a.C, estaba mal vista en todos los sectores sociales, que la consideraban, sobre todo en lo referido a la pederastia, una de las causas de la decadencia griega.
Además de eso, en Roma era prioritario diferenciar quien ejercía el papel de activo y quién el de pasivo, tanto a nivel sexual como social. Como ejemplo de ello, los opositores a Julio César usaron siempre los rumores de que en un viaje diplomático había mantenido relaciones homosexuales con Nicomedes IV, Rey de Bitinia, para erosionar la autoridad del dictador romano. La acusación era grave no por tratarse de una relación homosexual, la cual podía ser asumida en algunas circunstancias, sino por haber ejercido supuestamente el papel de pasivo sexual. Julio César, que siempre negó la acusación, fue de hecho un conocido casanova con predilección por las esposas de otros senadores y cargos políticos.
Los romanos celebraban los Lupercales, un festival de depravación en el que los jóvenes se iniciaban en las relaciones sexuales. En Roma, la prostitución era vista como "un mal necesario". Ejemplo de ello es que autores como Catón el Viejo (234-149 a. C.) la definieron como "una auténtica bendición debido a que permitía a los jóvenes dar rienda suelta a sus más bajos deseos sin molestar a las mujeres de otros hombres". Al mismo tiempo, los romanos situaron a las personas que ofrecían su cuerpo por dinero en los espacios más despreciables de la sociedad.
El libro Arte y Sexualidad en los siglos del románico reunió los estudios y teorías de siete reconocidos investigadores con una fuerte carga sexual que aparecen en capiteles, canecillos, aleros y pilas bautismales.
En sus investigaciones se puede ver cómo el aborto y el infanticidio no eran considerados como "pecados sexuales", sino que se equiparaban al "homicidio" y llegaban a castigarse con penas de muerte, reducidas después a excomunión o penitencia.
Los llamados penitenciales trataban de regular el uso de "bebedizos" por parte de clérigos para "cumplir con el voto de castidad". También se observa cómo conductas como el adulterio, el incesto, la fornicación, el bestialismo, la masturbación o el lesbianismo se condenaban, por lo general, con menor severidad que la homosexualidad masculina.
La imagen de la mujer era un símbolo de la lujuria y, desde finales del siglo XI, se convirtió en sinónimo de tentación, sexo y pecado. "Para transmitir este mensaje se ideó una estrategia visual contundente y repulsiva que representaba el castigo de los pecados de la carne de una forma impactante: la mujer con serpientes.
Con respecto a lo anterior la sexualidad en su sentido amplio es abordada desde la creación que se menciona en Génesis, como lo dijo el teólogo Dr. Serafín Contreras "el sexo es la gran idea de Dios", si bien es cierto la sociedad actual como Hollywood ha pervertido proporcionalmente la esencia de lo que es el sexo en sí, puesto que se ve y se toma de una manera totalmente errada, no obstante en las civilizaciones antiguas existían prácticas de tipo sexual bastante extrañas o más bien como hoy las conocemos, degeneraciones sexuales.
Concepto de degeneración sexual.
Es importante definir de manera clara a lo que hace referencia la palabra degeneración sexual puesto que tiene varios sinónimos, los cuales pueden ser aberración sexual, perversión sexual, entre otros.
El origen etimológico de la palabra degeneración deriva del latín ¨degeneratio¨ que puede traducirse como ¨acción y efecto de convertir en un género peor¨. Una palabra que es fruto de tres componentes: - El prefijo ¨de¨ que indica de ¨arriba a abajo¨ - El verbo ¨generare¨, que es sinónimo de ¨producir¨. –El sufijo ¨-ción¨, que se usa para establecer ¨acción y efecto¨.
Degeneración entonces alude al acto y el resultado de degenerar. Este por su parte, procede de degerãre y refiere a un menoscabo o un deterioro del estado original o de la primera calidad de algo.
Partiendo de la premisa anterior el Psiquiatra Krafft-Ebing en un artículo de opinión de su colega Otto Kernberg, llamado ¿Sexualidad normal/sexualidad patológica? análisis de la concepción de sexualidad dicotómica del psicoanalista, él sostiene como perversa, toda manifestación del instinto sexual que no esté de acuerdo con los objetivos de la naturaleza, es decir, que no tengan por finalidad, la procreación. Siendo esta la línea divisoria entre la normalidad y la patología.
Kraft-Ebbing desarrolló de manera descriptiva las distintas formas de desviaciones sexuales. Confecciona una especie de catálogo de perversiones, aparecen: sadismo, fetichismo, masoquismo, exhibicionismo, voyerismo, zoofilia y homosexualidad.
Este autor divide dos grupos de perversiones:
1) Aquellas en las que lo perverso es la finalidad: sadismo, fetichismo, masoquismo, exhibicionismo.
2) Aquellas en las que lo perverso es el objeto: homosexualidad, pedofilia, gerontofilia, zoofilia y autoerotismo.
Clasificación de las degeneraciones o aberraciones sexuales.
Es entendido que este tipo de desviaciones sexuales tienen su clasificación en las parafilias que es el sinónimo más próximo.
Los trastornos parafílicos son fantasías recurrentes e intensas de excitación sexual, pulsiones o comportamientos sexuales angustiosos o incapacitantes y que involucran objetos inanimados, niños o adultos sin consentimiento, o el sufrimiento o la humillación de uno mismo o de la pareja con probabilidad de causar daño. Las parafilias implican la excitación sexual ante objetos, situaciones y/o destinatarios atípicos (p. ej., niños, cadáveres, animales).
En el documento se describen a continuación las parafilias más comunes, de igual manera habrá un apartado donde se clasifican las filias más extrañas.
Filias más comunes
El exhibicionismo:
Se caracteriza por conseguir la excitación sexual a través de la exposición de los genitales, habitualmente ante un extraño que está desprevenido. También puede referirse a un deseo potente de ser observado por los demás durante la actividad sexual. El trastorno de exhibicionismo implica actuar sobre estos impulsos sin el consentimiento de otra persona o experimentar malestar significativo o deterioro funcional debido a tales deseos e impulsos.
La prevalencia estimada en varones no supera el 2 al 4%; es menor en las mujeres. Pocas mujeres son diagnosticadas con trastorno exhibicionista; la sociedad sanciona algunas conductas exhibicionistas de las mujeres (a través de los medios de comunicación y en los lugares de entretenimiento).
El exhibicionista (habitualmente varón) puede masturbarse mientras se expone a sí mismo o mientras tiene fantasías de exponerse frente a otros. Puede ser consciente de esta necesidad de sorprender, de escandalizar o de impresionar al observador involuntario. La víctima casi siempre es una mujer adulta o un niño de cualquier sexo. El contacto sexual real rara vez se busca, y el daño físico al testigo desprevenido es inusual.
El inicio suele ser durante la adolescencia, pero en ocasiones el primer acto tiene lugar durante la pre-adolescencia o en la mediana edad.
Alrededor del 30% de los agresores sexuales masculinos que son detenidos son exhibicionistas. Tienen la tasa de reincidencia más alta entre todos los agresores sexuales y aproximadamente el 20 al50% vuelven a ser arrestados.
La mayoría de los exhibicionistas están casados, pero el matrimonio suele tener problemas por un desajuste social y sexual, con disfunción sexual frecuente.
Los exhibicionistas también pueden tener un trastorno de la personalidad (en general antisocial) o un trastorno de la conducta.
Para algunas personas, el exhibicionismo se expresa como un deseo potente de hacer que los demás observen sus actos sexuales. Lo que atrae a estas personas no es el acto de sorprender a la audiciencia, sino, por el contrario, de ser visto por una audiencia consentidora. Las personas que tienen esta forma de exhibicionismo pueden hacer películas pornográficas o convertirse en artistas animadores para adultos. Pocas veces tienen problemas por este deseo y por eso es posible que no presenten un trastorno psiquiátrico.
Fetichismo
El fetichismo es la utilización de objetos inanimados (el fetiche) como método preferido para producir la excitación sexual. Sin embargo, en el lenguaje común esta palabra se suele utilizar para describir intereses sexuales particulares, como tomar roles en el juego sexual, preferencias por ciertas características físicas y actividades u objetos sexuales preferidos. El trastorno de fetichismo se refiere a una recurrente, intensa excitación sexual a partir del uso de un objeto inanimado o de la atención meticulosa en una parte (o partes) del cuerpo no genital que provoca un significativo malestar o deterioro funcional.
Existen muchos fetiches; los habituales son delantales, zapatos, prendas de cuero o látex y ropa interior de mujer. El fetiche puede reemplazar a la actividad sexual habitual con una pareja o puede integrarse en una actividad sexual con una pareja que lo consienta. La conducta fetichista menor como adyuvante de una conducta sexual consensual no se considera un trastorno porque no hay angustia, discapacidad ni disfunción significativas. Los patrones y los comportamientos de excitación fetichistas obligatorios, más intensos y altamente compulsivos pueden provocar problemas en las relaciones o consumir por completo y destruir la vida de la persona.
Los fetiches pueden incluir la ropa del sexo opuesto (p. ej., ropa interior de las mujeres), pero si la excitación sexual se produce principalmente por vestir la prenda (del sexo opuesto) en vez de usarla de alguna otra manera, la parafilia es considerada travestismo.
Pedofilia o Paidofilia.
El trastorno pedófilo se caracteriza por fantasías, impulsos o conductas sexualmente excitantes, intensas y recurrentes que involucra a adolescentes pre-púberes o jóvenes generalmente menores o iguales a 13 años
La pedofilia es una forma de parafilia que causa daño a los demás y por lo tanto se considera un trastorno parafílico.
Las agresiones sexuales contra los niños constituyen una parte importante de los actos sexuales criminales que se informan. Para los adolescentes mayores (17 a 18 años de edad), el continuo interés o involucramiento sexual con adolescentes de 12 o 13 años de edad puede no cumplir con los criterios clínicos de un trastorno. No obstante, los criterios legales pueden ser diferentes de los psiquiátricos. Por ejemplo, la actividad sexual entre un joven de 18 años y un joven de 16 años, puede ser un delito y no un trastorno pedófilo, dependiendo de la jurisdicción. Los estándares etarios de diagnóstico se aplican a las culturas occidentales y no a las muchas culturas que aceptan la actividad sexual, el matrimonio y la maternidad a edades mucho tempranas que en occidente y aceptan diferencias de edad mucho mayores entre parejas sexuales en comparación con lo que consideran correcto en las culturas occidentales.
La mayoría de los pedófilos son varones. La atracción puede ser hacia niños pequeños, niñas pequeñas o ambos, pero los pedófilos prefieren niños del sexo opuesto en una relación. En la mayoría de los casos, el adulto conoce al niño y puede ser un miembro de la familia, un padrastro o una persona con alguna autoridad (p. ej., un maestro, un entrenador). Mirar o tocar parece más prevalente que el contacto genital. Los pedófilos exclusivos se sienten atraídos solo por niños; los tipos no exclusivos también pueden sentirse atraídos por los adultos; algunos se sienten atraídos solo por niños con quienes están relacionados.
Los pedófilos depredadores, muchos de los cuales tienen un trastorno de personalidad antisocial, pueden obligar y amenazar con hacer daño físicamente al niño o a las mascotas del niño si revela el abuso.
La evolución de la pedofilia es crónica y los autores de este crimen a menudo presentan abuso o dependencia de sustancias y depresión. Es frecuente la disfunción familiar permanente, antecedentes personales de abuso sexual y los conflictos conyugales. Otros trastornos comórbidos incluyen el trastorno por déficit de atención/hiperactividad, trastornos de ansiedad y el trastorno por estrés postraumático.
Masoquismo
El masoquismo sexual es la participación intencional en una actividad en la cual el sujeto es humillado, golpeado y atado o es objeto de algún otro tipo de abuso para experimentar excitación sexual. El trastorno de masoquismo sexual es el masoquismo sexual que provoca malestar significativo o significativamente perjudica el funcionamiento de la persona.
Se desconoce la prevalencia de la forma parafílica del trastorno de masoquismo sexual. Sin embargo, un solo informe de datos de una encuesta telefónica en Australia (2001 a 2002) encontró que el 2,2% de los hombres y el 1,3% de las mujeres informaron estar involucrados en masoquismo sexual y/o sadismo en los 12 meses anteriores.
Las fantasías y la conducta sexual sadomasoquistas entre adultos que consienten su práctica es muy frecuente. La actividad masoquista tiende a ser ritual y duradera. En la mayoría de los casos, la práctica en la humillación y los golpes simplemente se representa en fantasías, sabiendo los participantes que es un juego y evitando cuidadosamente una humillación o daños reales. Sin embargo, la intensidad de la actividad aumenta con el tiempo en algunos masoquistas y pueden provocarse lesiones graves o la muerte.
Las actividades de los masoquistas pueden ser la manera preferida o exclusiva de producir la excitación sexual. Las personas pueden concretar sus fantasías masoquistas en sí mismos, por ejemplo,
Atándose ellos mismos
Pinchando su propia piel
Aplicándose descargas eléctricas
Quemándose a sí mismos
O pueden buscar a una pareja que puede ser un sádico sexual. Las actividades con una pareja incluyen ser
Amarrado
Con los ojos vendados
Azotado
Flagelado (con látigo)
Humillado con orina o defecación
Obligado a travestirse
Parte de una violación simulada
Sadismo
El sadismo sexual consiste en infringir un sufrimiento físico o psicológico (humillación o terror) en otra persona para estimular la excitación sexual y el orgasmo. El trastorno de sadismo sexual es el que provoca malestar significativo o deterioro funcional significativo o que se lleva a cabo sin el consentimiento de otra persona.
Las personas con trastorno de sadismo sexual han actuado según sus deseos irrefrenables o tienen fantasías debilitantes o angustiantes con temas sexualmente sádicos. El sadismo sexual es una forma de parafilia, pero el comportamiento sexual sádico leve es una práctica sexual común entre adultos que la consienten.
La mayoría de los sádicos sexuales tienen fantasías persistentes en las cuales la excitación sexual se produce por el sufrimiento que se infringe a la pareja, consentido o no. Cuando se practica con parejas que no consienten la práctica, el sadismo sexual constituye una actividad criminal y es probable que continúe hasta que el sádico sea detenido. Sin embargo, el sadismo sexual no es sinónimo de violación, sino una amalgama compleja de sexo y poder sobre la víctima. El sadismo sexual se diagnostica en 10% de los violadores, pero está presente en el 37 al 75% de las personas que han cometido homicidios por motivos sexuales.
El sadismo sexual es particularmente peligroso cuando se asocia a un trastorno de la personalidad antisocial. Esta combinación de trastornos es particularmente resistente a cualquier forma de tratamiento psiquiátrico.
Travestismo.
El travestismo implica una excitación sexual recurrente e intensa a partir del uso de prendas del sexo opuesto, que puede manifestarse como fantasías, impulsos o comportamientos. El trastorno travestista es el travestismo que provoca malestar o deterioro funcional significativos.
Travestido es un término más frecuente y aceptable que travesti. El travestismo y el trastorno travestista son extremadamente raros en las mujeres de nacimiento.
Los varones heterosexuales que se visten con ropa de mujer suelen comenzar esta conducta al final de la infancia. Hasta el 3% de los hombres se han vestido con prendas del otro género y se han sentido estimulados sexualmente por ello al menos una vez, pero mucho menos informan travestismo regular. El transvestimo se asocia, al menos inicialmente, con excitación sexual intensa. La excitación sexual que se produce por la ropa en sí se considera una forma de fetichismo y puede ocurrir con travestismo o independientemente de él.
Los perfiles de personalidad de los varones que se visten con ropa de mujer generalmente son similares a los de las personas normales de la misma edad y raza.
Cuando sus parejas colaboran o están dispuestas a participar, los travestis pueden tener actividad sexual con una vestimenta total o parcialmente femenina. Cuando la pareja no colabora, pueden sentirse ansiosos, deprimidos, culpables y avergonzados por su deseo de vestir ropa de mujer y pueden experimentar disfunción sexual en su relación. En respuesta a estos sentimientos, estos hombres a menudo se deshacen de la ropa femenina en su armario. Esta purga puede ser seguida por ciclos adicionales de prendas femeninas en capas, pelucas y maquillaje, con más sentimientos de vergüenza y culpa, seguidos de purgas.
Escoptofília o Voyeurismo.
El voyeurismo consiste en alcanzar la excitación sexual observando a las personas que están desnudas, sin ropa o que participan en una actividad sexual. Cuando se observa a personas que están desprevenidas, esta conducta sexual suele ser causa de problemas con la ley y las relaciones. El trastorno de voyeurismo implica actuar sobre los impulsos y fantasías voyeuristas sin el consentimiento de la otra persona o experimentar malestar significativo o deterioro funcional debido a tales deseos e impulsos.
El deseo de observar a los demás en situaciones sexuales es frecuente y no es anormal en sí mismo. El voyeurismo suele comenzar en la adolescencia o a comienzos de la vida adulta. El voyeurismo adolescente suele verse con una mayor tolerancia; pocos son los adolescentes detenidos. Cuando el voyeurismo es patológico, los voyeuristas pasan un tiempo considerable buscando oportunidades para mirar, a menudo a expensas de no cumplir con las responsabilidades importantes en sus vidas. El orgasmo se consigue habitualmente masturbándose durante o después de la actividad voyeurista. Los voyeuristas no buscan el contacto sexual con aquellos a los que observan.
En muchas culturas, los voyeuristas tienen amplias oportunidades legales de observar la actividad sexual (p. ej., pornografía digital o impresa). Sin embargo, los comportamientos voyeuristas son los más comunes dentro de las conductas sexuales que pueden resultar en un roce con la ley.
Ver imágenes y espectáculos sexualmente explícitos, ahora ampliamente disponibles en privado en Internet, no se considera voyeurismo porque carece del elemento de observación secreta, que es el sello distintivo del voyeurismo.
Hasta un 12% de varones y un 4% de mujeres pueden cumplir los criterios clínicos para el trastorno voyeurista; la mayoría no busca evaluación ni tratamiento médico.
Froteurismo:
Deseo recurrente por tocar o rozar a una persona en contra de su voluntad. Este trastorno está caracterizado por la acción de un hombre en frotar su pene contra las nalgas o el cuerpo completo de una mujer completamente vestida para poder alcanzar el orgasmo.
Una variación es la tocofília en la cual utiliza sus manos para tocar los senos, genitales de una mujer quien no desea ni espera tal contacto. Estos actos ocurren generalmente en lugares públicos, especialmente en los buses, microbuses, centros comerciales, metro centro, entre otros
El ¨frotador¨, es extremadamente pasivo y solitario, y generalmente la parafilia es su única de gratificación sexual.
Filias más raras.
Braquiproctosigmoidismo: Patología en el método en el cual se administra el estímulo sexual: introducción de la mano, hasta el antebrazo, a través del ano.
Clastomanía: erotización al romper ropas.
Dendrofilia: erotización por contacto con las plantas.
Escuchismo o audiolagnia: erotización de ruidos sexuales de un cuarto vecino.
Hipnofilia: erotización ante personas dormidas, semejante a la necrofilia.
Licantropía: forma de sadomasoquismo por la que el individuo se identifica
con un vampiro o un lobo.
Misofilia: erotización de la suciedad, vinculada con la coprofilia.
Narratofilia: erotización contando cuentos, relatos o chistes eróticos.
Osmolagnia: erotización del olor de productos corporales en descomposición.
Pictofilia: erotización de figuras pintadas por el propio sujeto.
Pietofilia: erotización ante imágenes piadosas.
Pigmalionismo: erotización frente a estatuas o maniquíes.
Pornofilia La actividad sexual con material sexualmente explícito: videos, films y revistas, constituye la especificidad fundamental.
Quinungolagnia: erotización de situaciones de peligro.
Transexofilia: Creado por Hernández Serrano para designar lo que Money llama ginecomimetismo, su especificidad fundamental constituye la actividad sexual con un falso transexual.
Triolismo: Patología a nivel de la situación: solo se excita frente a dos personas del sexo opuesto. Para los triolistas, tres no son multitud. El triolismo es el impulso psicológico del individuo que le incita a fantasear y a practicar actos sexuales en grupo, con varios compañeros al mismo tiempo, ya sea en presencia de una, dos o más personas. Está relacionado con el exhibicionismo.
Clismafilia: a la parafilia consistente en recibir placer sexual por la introducción de líquidos en el ano. Para la estimulación sexual, los clismafílicos se realizan enemas. Esto resulta preocupante para muchos médicos, ya que lo que suelen utilizar los clismafílicos para entretenerse termina siendo peligroso.
Urofilia: también conocida como urolagnia, es la capacidad de excitarse y de tener placer sexual por la orina, ya sea bebiéndola o bañándose en ella. También es considerada como un tipo de humillación del masoquismo. La coprofilia es el fetichismo por los excrementos.
Escatológicos Telefónicos: llaman a personas inocentes para hacerles propuestas indecorosas, hablar de sexo de forma explícita o bien para engañar a la persona hasta hacer que esta revele intimidades o algo sexual de sí mismos. Estudios científicos han demostrado que está relacionado con conductas e historiales criminales, antisociales y exhibicionistas.
La eproctofilia: es el fetichismo por los gases. Los eproctofílicos a menudo son vistos como una forma de coprofílicos, ya que despiertan su líbido oliendo flatulencias humanas.
Necrofilia: Si existe un tabú más grande que el del sexo, es el de la muerte. La necrofilia es la atracción sexual por los cadáveres. Los necrofílicos no solo "ven gente muerta", sino que los fornican.
Perspectiva cultural sobre las degeneraciones sexuales
La sociedad clasifica las prácticas y las tendencias sexuales como "normales" o "desviadas", en función de unos criterios culturales que van cambiando con el tiempo.
A menudo, en nuestra sociedad, la sexualidad es territorio abonado para el escándalo. Sin embargo, en las últimas décadas se ha ido abriendo paso la idea de que la sexualidad es un aspecto más de la cultura humana y que, por tanto, debe ser objeto de trabajo educativo como tantos otros aspectos de la cultura. Esa nueva perspectiva ha generado en el ámbito científico la Sexología, que en los últimos tiempos cobra cada vez mayor rigor, a pesar de la imagen nefasta que se proyecta en los medios de comunicación y campañas de marketing, usando a los seres humanos como capital.
Se debe tener presente que la sexualidad humana, junto a la innegable base natural, se inserta y se define en el campo más cambiante y difuso de la cultura.
Se es un ser cultural por excelencia; y la cultura es algo que se da y se define en la sociedad, y los individuos asumen y contrarían en mayor o menor medida en su proceso de socialización. El individuo se define y se posiciona frente a la cultura, cuando menos en parte. Por lo que respecta a la sexualidad, también.
La cultura sexual ha evolucionado históricamente a través de los tiempos, en las más diversas sociedades. También en la nuestra. Se ve sometida a condicionantes naturales y culturales de muy diversa índole: Políticos, económicos, religiosos, éticos... Se manifiesta en cuestiones tan evidentes y dispares como la demografía o el lenguaje.
Así es que la cultura sexual se presenta como algo muy diverso en nuestro mundo, tanto histórica como geográficamente. Tanto individual, como grupalmente.
Un tema que está bastante cercano al de degeneraciónes sexuales es el de la prostitución, pero ese tema será para la próxima edición de el Predicador Evangélico.
CONCLUSIONES:
Las culturas antiguas tenían rituales y prácticas vistas por otros como aberrantes.
La Biblia por su parte defiende el uso natural del cuerpo y prohíbe tajantemente la detentacion del mismo.
Existe una amplia gama de degeneraciones donde se pueden clasificar entre las más comunes y aquellas que son extrañas o raras.
La sociedad en su mayoría ve de una manera negativa y despreciable este tipo de conductas sexuales.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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